viernes, 25 de marzo de 2016

Antes, durante y después de la Cruz





La Pasión de nuestro Señor Jesucristo, es el acto de amor más grande y como tal sigue siendo un acto vivo en medio de nosotros, no es solo un recuerdo de un acontecimiento pasado, sigue siendo tan actual como entonces. 

Por tal motivo sigue dejando en nosotros enseñanzas nuevas. 

Reflexionando en ello en este Viernes Santo quisiera compartir este mensaje:

Frente al acontecimiento de la Cruz, se puede decir que existe un antes. Ese antes que acontece en la noche del Jueves Santo, nos indica que el antes de la Cruz está muchas veces cargado de ansiedad y miedo. 

Muchas veces nos ha tocado estar frente a decisiones importantes en nuestra vida, y sabemos que la elección correcta no será fácil llevarla a cabo, sabemos que debemos tomar esa cruz y cargar con ella. La idea no nos apetece en absoluto, pero sabemos que es lo que más se apega al proyecto de vida que Dios tiene para mí. 

Este es nuestro Getsemaní. ¿Qué hacer frente a la angustia, el miedo o el sufrimiento? Cristo nos lo dice de manera muy directa, “levántese y oren para poder hacer frente a la prueba” (Lc 22, 46). Dos claras indicaciones acción y oración. Incluso en medio de la aflicción debemos movernos, actuar y decidir a pesar de todo, para confortarnos está la oración. 

Cuando ya hemos decidido tomar la cruz, es decir durante la cruz, nos encontramos en medio de un camino pesado que recorrer. Nuestras decisiones tienen repercusiones, existirá gente que no comprende el porqué de nuestras decisiones, nos critirán, nos tratarán de convencer para que cambiemos de rumbo, otros incluso nos insultarán y otros tanto nos acompañarán. De estos último incluso habrá quienes nos ayuden a cargar la cruz parte del camino (Lc 23, 26). 

Pero ¿de dónde puedo tomar fuerzas para este momento y no desfallecer? La respuesta está de nuevo en el calvario del Maestro. Perdonando, liberando, no buscando culpables; esto nos hace la cruz más ligera. Cristo perdonó a sus verdugos y nuestros pecados camino a la cruz y sobre todo cuando fue clavado y elevado en ella. 

Cuando cargues con tu cruz, perdona, libera y no busques culpables.

Después de la Cruz, cuando todo ha acabado, viene la Gloria de Dios. La Resurrección. Es un momento hermoso donde podemos ver atrás y decir que todo ha valido la pena, que nuestro sacrificio tiene frutos, que nuestros actos de amor tienen bellas consecuencias. Así como la Cruz nos condujo a Nuestra Salvación. ¿Qué hacer después de la Cruz?  Orar dando gracias y glorificando a Dios, porque nunca nos dejó solos, porque nos confortó y sobretodo porque solo El puede darle significado a nuestra cruz. 

Por último, tenemos la misión de compartir con otros nuestros aprendizajes y experiencias vividas con esa cruz, para que otros encuentren la Gloria de la Resurrección.


Con y Por Amor