jueves, 14 de marzo de 2013

Carta a los novios

Queridos amigos y amigas:

La etapa del noviazgo suele ser una de las mejores de nuestras vidas. Sin embargo muchas veces vivimos el noviazgo sin darnos cuenta siquiera de que se trata, qué nos exige y sobre todo muchas veces disfrutamos de sus alegrías ignorando que pueden ser muchas más las bendiciones que podemos obtener del noviazgo de las que estamos viviendo, no le aprovechamos al 100%.

Los novios o novias, se encuentran unidos por una fuerza más allá de su comprensión, el amor. Siendo así la pareja se encuentra en la necesidad de entender qué les sucede, qué ha pasado en sus vidas, qué les ha llevado a unirse de manera tal que ahora quieren estar siempre juntos. 

Cuando esto sucede no podemos quedarnos con una explicación basada solo en la atracción, es necesario para disfrutar al máximo los frutos del noviazgo, visualizar que su unión es un don, es decir un regalo de Dios. Nadie se encuentra por casualidad, como nada en el universo es casual, por lo tanto si nuestro noviazgo no es casual tiene un propósito.

Asi que la tarea del noviazgo, el objetivo de esta etapa, es definir en qué consiste, ¿para qué están juntos?  sin duda es una reflexión que exige profundidad y oración.

Por lo tanto, los encuentros entre ambos deben balancear la ternura y la pasión, con el diálogo abierto y sincero, que les permita adentrarse en sus corazones para conocerse y de esta forma reflexionar sobre sus sueños, intereses y capacidades y cómo pueden unirse de manera tal que sean fructíferos, no solo para ellos como pareja, sino también para el mundo en sintonía con el Plan Divino.
 
Actualmente la pasión que se vive en esta etapa, no suele balancearse con este diálogo y reflexión, sino que ha ganado un espacio cada vez más amplio en la relación. El problema es que esto no nos permite a la pareja clarificar el sentido de su relación y así donde quieren dirigirse juntos. No se trata de querer vivir juntos porque  nos la pasamos muy bien, sino de comprender ¿para qué Dios nos ha querido unir?

La respuesta a esta pregunta es necesaria para una relación realmente íntima y trascendente. Sin embargo, las respuestas de este tipo se encuentran solo en la oración y si "curiosamente" si buscamos respuestas a preguntas relativas al amor, las hallamos todas en una fuente común: el sacrificio de la Cruz.

Así que no podemos vivir un noviazgo lejano a la Cruz, lejano al sacrificio y la renuncia. Por ello, todo noviazgo debe permitir la vivencia de momentos de soledad donde cada miembro de la pareja pueda observar cuán dispuesto está a asumir una relación cuyo cimiento sea el ejemplo del Sacrificio de Cristo.

Generalmente, amigos y amigas, cuando la pareja logra clarificar las respuestas a estas interrogantes y alcanza a comprender mejor su noviazgo, toman la decisión de unirse para siempre en santo matrimonio, una etapa de madurez sin duda, que tiene sus propias demandas. Claro está que es más esperable un matrimonio estable de un noviazgo consciente del plan divino, que de una relación ajena a esta realidad, sin embargo como mencione al inicio, el lazo que une a las personas siempre va más allá de la comprensión humana por ello vemos parejas que a pesar de sus debilidades, el Señor se glorifica en ellas y las levanta. Por tal motivo no podemos alejarnos de la Oración.

Recuerden llevar las cosas con calma... Les quiere Osva..!

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