lunes, 21 de enero de 2013

Lo que no dijo JPII y lo que sí quería...

Hola queridos amigos y amigas:

Este blog tiene la intención de aclarar un poco mi punto de vista sobre el papel que debemos tener como jóvenes católicos en la sociedad.

Comienzo comentando una frase que circula por internet y en grupos juveniles que se le atribuye al Papa Juan Pablo II, que dice algo así "necesitamos santos que vistan jeans y tennis, coman pizza y tomen coca cola..."

Esta frase NO la dijo el Beato Juan Pablo II, en primer lugar no hay un registro o documento que lo acredite ni tampoco va en la linea de su manera de expresarse. ¿De donde surgió la frase? No lo sé. Es posiblemente una interpretación de algunas palabras del Papa, pero no corresponden a él, posiblemente a un grupo juvenil pero no a nuestro anterior Papa.

Ahora bien si con esta frase lo que buscamos es manifestar que cualquier joven puede llegar a la santidad pues perfecto, nada es más cierto. Aunque debo decir que debemos tener cuidado también.

Si bien es cierto, tal y como lo predicaba San Jose María Escrivá de Balaguer, todos podemos alcanzar la santidad, viviendo en nuestra cotidianidad los valores y principios del Evangelio, también es cierto que el cristiano debe saber que está en el mundo pero no pertenece a él.

Es importante que el joven entienda que si quiere ser un santo joven, debe ser un joven que, lejos de infiltrarse en la sociedad y parecer uno con ella y los demás jóvenes que se encuentran apartados del Señor, ha de ser un joven que se distinga perfectamente entre los demás por sus virtudes cristianas. Por ejemplo un joven santo podría tomarse una cerveza, pero también es capaz de evitar ciertos lugares y compañías para tomársela, sabría por ejemplo que ambiente evitar pues conoce su debilidad y reconoce una tentación cuando la tiene enfrente.

Evitaría por ende vestirse de manera que su dignidad como hijo o hija de Dios se vea cuestionada o entre dicho, así como cierta manera de hablar o conducirse.

Todo esto y mucho más en ocasiones es signo de contrariedad para muchos por eso podría decirse que al verdadera cristiano le cuesta camuflarse.

Lo cierto es que podemos ser santos en nuestra cotidianidad, en el estudio, la familia y/o el trabajo, pero si más bien hemos estado pasando desapercibidos, debe encenderse en nosotros una voz de alerta, porque debemos más bien marcar diferencia.

Les invito a que en nuestras parroquias retemos a los jóvenes a vivir santamente, con el Evangelio de frente y con los retos que esto conlleva. Recuerden que JPII siempre nos retó a asumir el camnio estrecho al Padre.

Saludos...

Les quiere Osva

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