martes, 20 de abril de 2010

Profetas de la nueva camada


No es el momento de callar y esconderse, es el momento de consolar.

Al igual que al joven Esteban, el primer martir cristiano, debemos entregarnos a la acción del Espíritu Santo, y hablar con firmeza, sin temor a la verguenza y al respeto humano (al qué dirán). Hechos 7,51-8,1a

La Iglesia amigos mios está en un proceso de crecimiento, no en problemas como muchos quieren ver, sino en una crisis como la que tu y yo pasamos cuando damos el paso a la adolescencia, a la adultez o a la vejez, son cambios que provocan desequilibrio, pero al mismo tiempo madurez y desarrollo.

La Iglesia, hoy, con la misma valentía que San Esteban (cuya fiesta se celebra el 26 de diciembre), se llena del Espíritu Santo, reconoce sus errores y con firmeza los afronta, por ello debemos orar por el Papa, pues es quien pone la cara por justos y por pecadores.

Nadie en la Iglesia niega los errores de algunos sacerdotes, ni siquiera de aquellos que la prensa mundial rebusca en un pasado de 50, 30 y hasta 70 años incluso. Pero, también es cierto que la Iglesia no les niega el perdón, pues el mismo Jesucristo no se los negaría, aunque en nuestra mentalidad humana no entendamos los alcances de la Misericordia divina. Lo que si es cierto es que es a pesar de ello, los errores los tendrán que afrentar con la Ley, lo cual también lo ha dicho el Santo Padre.

Hoy, al igual que San Esteban, no debemos temer a que nos maten a pedradas, al contrario es cuando el mundo necesita escuchar con más fuerza que somo Católicos, que creemos en Dios y en la Iglesia, que creemos en el Perdón y la Justicia, debemos ser profetas anunciando el amor y denunciando los errores... ¿si no lo hacemos nosotros entonces quién?

¡Levantate y evangeliza, que tu testimonio podría salvar un alma!

Con Cariño, Osva

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